Manifestaciones, por lo general pacíficas y silenciosas, tuvieron lugar nuevamente ayer en todo Estados Unidos en reclamo de justicia y del fin de las discriminaciones raciales y de hechos indignantes como la muerte del afroamericano George Floyd.

Miles de personas de todos los orígenes manifestaron en las calles de Nueva York, así como en Washington, Seattle y Los Angeles, tres ciudades en las que el toque de queda fue levantado.

El reverendo y veterano activista por los derechos civiles Al Sharpton fue el encargado de la elegía, en la que afirmó que Floyd “no murió de una enfermedad común sino por un mal funcionamiento de la justicia criminal de Estados Unidos”.

“Lo que le pasó a Floyd pasa todos los días en este país”, proclamó, llamando a la policía a rendir cuentas de sus actos.

“Tú cambiaste el mundo, George”, agregó después que la difusión de las imágenes de la muerte de Floyd desatara una indignación inédita desde el asesinato en 1968 del activista negro Martin Luther King Jr.

“Vamos a seguir hasta que cambiemos todo el sistema de justicia”, afirmó Sharpton.



La ceremonia, con música y fuertemente marcada por las restricciones del coronavirus, mezcló testimonios íntimos de la familia con la presencia de activistas como el reverendo Jesse Jackson y políticos como la senadora de Minnesota Amy Klobuchar y el alcalde de Minneapolis Jacob Frey.

La ola de protestas que agita desde hace diez días el país se intensificó el lunes cuando el presidente Trump amenazó con movilizar al ejército para restaurar el orden después de que protestas pacíficas durante el día derivaron en disturbios nocturnos.

Los desórdenes obligaron a muchas ciudades a declarar toque de queda y a nivel nacional han sido detenidas 10.000 personas, según medios locales.

Otros arrestos fueron reportados el jueves por la noche en Nueva York entre los manifestantes que desafiaron el toque de queda en vigor desde las 8:00 de la noche.